jueves, 21 de octubre de 2010



Oro



Nada para encender,
Nada como tus palabras...

Voy y  regreso casi indestructible,
Algo nos mira...

Y la luz sigue en el fondo,
Las cosas que decías...

Gracias por venir a mí,
Ninguna promesa pude sentir,
Pero pude verte partir
Y al verte desaparecer, me llego un sueño más
Y deserte de todas mis religiones,
Desterrando la palabra amor
Y mis manos jamás volvieron a unirse en una oración,
Deben extrañarse tanto...

Nada para volver a sentir,
Ningún metal dorado para recordarte...

Todo ha comenzado a huir,
El viento y el polvo lo nublan más
Y no, no hay forma de reconstruir...

He llegado a la montaña,
He llegado al mar...

Me he sumergido en todo lo posible,
Cierro mis ojos y comienzo una interminable búsqueda,
Tú eres indescriptible
Y ningún ser de la oscuridad te ha visto, no has dejado rastro...

Las imágenes en la pared no hablan de ti
Como si nunca hubieses estado en la tierra,
Pero yo te vi,
Y te seguí,
Tuve tu olor
Y supe de tus labios
Y tú viniste a mí...


Te toque,
Parecías tan real...

Ahora en cualquier horizonte, te veo bailar
Girar suave y desenfrenada,
Con tu cabello suelto
Y brazos extendidos,
Girando, y girando,
Hasta confundirte con el polvo que alza el viento,
En cualquier atardecer dorado,
Que escapa de mi mente
Y se impregna en mi pupila
Solo para verte una vez más...

Yo, un ser tan simple
Y tú tan divina...

Tan dorada...
Como el oro...

R......

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